viernes, setiembre 24, 2004

Algo que decir...

Estaba pensando en algo brillante que poner aquí, pero este espacio de porquería sólo admite letras.

martes, setiembre 14, 2004

Lo que efectivamente cuesta el pasaje escolar

Te ví cuando querías subir al Bus, con tu uniforme gris y tus cuadernos en una mano, tratando de impulsarte y de abrirte paso entre toda la gente que subía; y ví cuando el Bus, ya repleto de gente, empezó a arrancar sin darte tiempo a subir del todo, pero igual lo intentaste de nuevo y cuando ya estabas por sujetarte bien el chuli te agarró de la cabeza y te empujó hacia afuera.
Tenías, al igual que yo, que ir al Colegio, y como eras más empeñoso te adelantaste en unos minutos en salir de la casa.
Me extrañó verte aún en el paradero, pero me impresionó más percatarme que al final no pudiste subir al Bus de porquería.
Te quedaste parado sin saber cómo reaccionar... fue entoces cuando me viste.
Pude darme cuenta (por tu carita roja, por tus orejas rojas, por el temblor de una de tus mejillas, por tus ojos llorosos) que tenías verguenza y ganas de llorar.
Soy tu hermano mayor y no pude hacer nada por tí, no pude reaccionar a tiempo y ni siquiera tuve valor para gritar y mandar a la reputa al hijo de su madre que te había empujado... opté por disimular, y hacer como si no hubiera visto nada. Como si nada hubiera pasado.
Me sonreiste y te paraste a mi lado a esperar otro Bus que se detenga a recogernos... otro Bus en el que tal vez volverían a hacer lo mismo, pero esta vez con nosotros dos.

jueves, setiembre 09, 2004

Durazno

Hace un par de días, Romina (mi hija, de quien mucho hablaré luego), probó por primera vez en su vida, aún nueva (tiene un año y 03 meses), un Durazno.
El placer que ví en su carita me reveló lo mucho que vamos perdiendo con el paso de los años. Para ella el centro de su atención y de su placer estaba en comer el Durazno y en su sabor; no se fijaba en lo más mínimo en que se estaba mojando su carita, sus manos, y su ropa, y menos aún se fijaba en si el Durazno estaba o muy maduro, o muy verde, o en cualquier otra nimiedad en la que nosotros sí solemos fijarnos.
Ese placer por las pequeñas cosas, que en esencia estructuran la vida entera, se va atenuando con la rutina o con el conocimiento, hasta desaparecer, o hasta tornarse en una imitación barata del mismo.
He decidido, por ende, hacer un espacio en mi Disco Duro (mi cabeza) exclusivamente para las cosas de mi bebe... así podré revivir en mí los placeres que me fueron dados y ya no están.

martes, setiembre 07, 2004

Lejos del dolor?

Hace un par de días ha muerto violentamente un montón de gente en Rusia, y nunca la distancia territorial ha sido tan corta como para sentir el dolor ajeno.
Cuando uno se cree curado ante tanta violencia real y ficta en la televisión, en el cine, en la literatura y en la vida toda, de pronto tienes golpes como éstos, fuertes, fuertísimos... ¿qué sómos? ¿de qué estamos hechos? ¿cómo podemos quitar la vida de otros seres humanos, y más aún de niños, de nuestros niños (porque todos los niños del mundo podrían ser nuestros hijos, y de hecho lo son), en nombre de pinches pedazos de tierra, de ideologías, de dinero y de otras mierdas más? es más ¿cómo es que después de causar tantas muertes los asesinos pueden seguir viviendo su vida?.
¿y cómo es que después de ver y sufrir tantas muertes, cercanas o lejanas, seguimos nuestras vidas como si nada?.
¿de qué estamos hechos? ¿qué somos?

miércoles, setiembre 01, 2004

Empiezo con una despedida

No es una buena cosa, lo sé... sin embargo, y por una de esas malditas premoniciones infundadas e injustificadas, hoy he sentido como que estos posts no van a durar mucho.
En todo caso, ya que alguna vez ha de haber un último post, agradezco de antemano a todos aquellos que se perderán todo lo que no escribiré, a pesar de todo lo que escriba.