jueves, diciembre 28, 2006

Una luz que nunca se apagará

Así como uno quisiera ser adulto sin dejar de ser niño, es decir, así como uno quisiera tener los beneficios de la adultez sin la carga de la responsabilidad; me gusta cada año que viene por todas las posibilidades que trae consigo, pero preferiría que cada cosa buena que viene se acumule con lo bueno ya vivido, y que no sea como la luz de un coche en medio de la noche en una autopista en medio del desierto, que ilumina unos cuantos metros delante conforme avanza, y conforme avanza va dejando a oscuras lo antes iluminado.
Quisiera que junto a los juegos y gestos de Romina que van a ir viniendo, se mantengan los juegos y gestos ya hechos, que junto a su carita de sonrisa pícara mirándome ayer en la noche, antes de dormir, se junten todas las palabras y los gestos que ha de regalarme antes de dormirse en todas las noches venideras.
Quisiera que junto a las caricias que Ross me ha dado intencional o no intencionadamente, como al pasar, se mantengan junto a todas las que ha de darme.
Quisiera que todos los recuerdos de mamá, papá y hermanos, compartidos o conocidos por boca de alguno de ellos, se junten con todo lo que hemos de experimentar o contarnos.
Quisiera que este año que viene sea como una buena canción, de esas que siempre vuelves escuchar, a cantar, y a imaginar todas las variaciones de su letra, pensando siempre a mi me hubiera gustado escribirla; o como una palabra dicha en el tono, modo y momento correctos; o como una foto, una buena foto en la que están juntas las caras sonrientes de las personas que quieres, y te miran en ese momento perpetuo, y te sonríen en ese momento perpetuo, y te dicen que te quieren, en ese momento perpetuo, y sientes que de verdad eres y siempre has sido querido.

jueves, diciembre 21, 2006

Razonando con Dios y el Diablo

Le digo, si nuestras vidas son como ríos y los ríos están contaminados, la contaminación es el pecado y es natural que seamos pecadores. Me mira fugazmente y vuelve a su posición contemplativa, de viejo sabio ante el ocaso del sol. Si llevamos el pecado con nosotros, prosigo, al desembocar en el mar lo contaminamos. No se inmuta. Si la muerte es la que nos acerca a Dios, y en ella yacen nuestros pecados, no es entonces nuestro destino la virtud, tan solo el pecado.
Me parece que ahora sí me va a hablar, algo en su gesto, algo en su terco silencio... me mira nuevamente, sonríe no con bondad sino con malicia, se pone de pie y se marcha.
Le grito, sin moverme de mi sitio, ¿qué hay de malo con el pecado?. Pero no me contesta, nunca me contesta.

miércoles, noviembre 08, 2006

Para siempre es hasta la muerte.

Pese a mi llanto y a mis ruegos, no me permitía acercarme lo suficiente como para robarle nada más que un mísero abrazo, ya que había decidido negarme sus besos.
Ella, parada frente a mí, siempre a dos pasos de distancia, se resistía a llorar entrecerrando los ojos, apretando los labios y mirando constantemente a algo bajo mis pies. Había decidido dejarme y esta vez era para siempre.
Para siempre, ella no lo entendía, significaba para mí una vida sin contenido, un parque inmenso amarillo y sin árboles frente a la ventana de mi cuarto. Para siempre, ella no quería entenderme, significaba echarse a volar sin alas desde el último piso de un rascacielos.
Le dije, al fin, que estaba bien, que no iba a humillarme más, que no iba a seguir implorándole que no me abandone, pero que por lo menos me regale el último abrazo. Le dije que no iba a llorar más por un beso suyo, a cambio de estrechar una vez más su cuerpo por un mínimo momento, porque en ese mínimo momento quedarían las cosas buenas compartidas, y las cosas buenas que algún día volverían a nosotros por distintos caminos, como vuelve la sonrisa por algo distinto a lo que segundos antes nos hizo llorar.
Vi un casi imperceptible gesto de duda, y aproveché para acercarme a ella. Su olor fue lo primero que me invadió, mucho mas fuerte cuanto que mientras más cerca la tenía, por esos pequeños segundos concedidos, más inminente era la pérdida.
Se dejó abrazar y me abrazó también, reclinó su cabeza en mi hombro, y aspirando el olor de su cabello, tan querido por mí, como cada parte de su cuerpo a punto de abandonarme, empecé a apretarla más y más contra mí, más y más fuerte, sin hacer caso de las lágrimas que como un torrente empezaron a brotar de mis ojos, ni de sus gritos que empezaron a estallar en mis oídos, como cuando en los viejos tiempos me gritaba que me amaba y sería mía para siempre.

viernes, octubre 13, 2006

Vacío

Miro fijamente la pantalla hasta que empieza a dolerme un poco la cabeza, a la altura de la nuca. Empiezo a escribir sobre los libros que últimamente he leído, despotrico un poco, lo borro, detallo el argumento de alguno, lo borro. Vuelvo a la pantalla en blanco y levanto la cabeza para mirar lo que debería ser el blanco del techo, pero que ahora es casi crema. Pienso qué pasaría si cayera sobre mi cabeza el ventilador de aspas que gira y gira como la canción de Fito Páez, y aún así no me viene idea alguna. Quiero borrar lo escrito pero advierto que no he escrito nada aún.
Me concentro en algo de mi pasado y el dolor en la nuca me regresa a cada instante al presente. Escribo que el calor se está haciendo insoportable, pero como no hay palabras que sigan a esa oración me concentro en ir borrándola letra por letra, lentamente. Digo, debe ser el cansancio, debe ser que la almohada de plumas de ganso que me compré hace un par de días tampoco era la solución esperada, o debe ser que esta oficina de paredes de Dry Wall, en la que se cuelan sonidos y sonidos, risas y risas, palabras y palabras de secretarias, abogados, abogados y secretarias, no es el lugar mas apropiado para ponerse a pensar en cuál podría ser el contenido del próximo post que, finalmente, no tengo porqué sentirme obligado a escribir.
Y ya que no estoy obligado a escribirlo, no veo la razón para seguir con estas letras en palabras, palabras en oraciones y oraciones en frases, y de nuevo empiezo a borrarlas, lentamente una a una.

lunes, octubre 02, 2006

Ser y no ser

Al centro de una pequeña hondonada hay un niño sentado sobre una piedra apoyada en la base de un eucalipto, la inmensidad lo rodea, enormes montañas, enormes campos verdes tras ellos, enormes nubes y enorme cielo azul. Se está rascando una pierna, mientras mira sin ver lo que tiene delante. No sé como se llama, ni si vive cerca o viene de lejos pastoreando ganado. Hay quienes, sin duda saben de su vida, pero este mismo instante en que lo miro, no existe para nadie mas en el mundo, así como no existe este post para todos aquellos que nunca lo leerán, aunque pasen velozmente por mi blog.

jueves, setiembre 14, 2006

Alguien

Me detengo casi sin querer, casi instintivamente, en las imágenes planas de la televisión: restos de una casa incendiada. Además de las personas dolientes y de las curiosas por el sufrimiento ajeno, o por el sólo acontecimiento de un evento distinto al habitual, se puede ver paredes blancas manchadas por el hollín, restos de algo que puede ser una cocina de mesa, de un sillón rojo con ropa chamuscada encima, y de una cama con cartones y piezas de madera también chamuscados. No se puede saber si la habitación era cocina, comedor o dormitorio, aunque probablemente era las tres cosas a la vez.
No escucho lo que dice el reportero ni me importa. Esquivo las lágrimas de una señora entrevistada y trato de ver las imágenes de fondo. Irrumpe una mujer joven, con el rostro pálido pero no por la tristeza sino por el susto, no mira a nadie en particular, y no permite que la detengan, se dirige a un lugar cercano a lo que debió ser su cama, y de rodillas, sin soltar ni su cartera ni el folder que tiene en la mano izquierda (está vestida con un conjunto sastre de color gris azulado), se pone a buscar algo con desesperación.
La desesperación me atrae aún más, me intriga aún más. Hay algo más importante que la casa, que las lágrimas de sus probablemente padres, y que toda esa gente alrededor. Hay, para ella, algo más importante que todo eso, y casi da miedo ver que es, hasta que lo encuentra, lo toma en sus manos, se pone de pie, llora a gritos y se desmaya: Su Lap Top también se quemó.
Inmediatamente me viene a la mente el incendio de una de las casas del señor Biswas (el personaje principal de "Una Casa para el señor Biswas"). Pero no, en realidad no es exactamente eso lo que me viene inmediatamente a la mente, sino el porqué el señor Biswas compraba casas (destartaladas y feas todas): quería sentirse alguien, quería realizarse a través de los objetos ya que no conocía otro modo de ser más de lo poco que ya era.
Para esa mujer resultaba sumamente valiosa su Lap Top, así como para muchos de nosotros valen tanto los juguetes que vamos adquiriendo, y que nos ayudan a justificar dejar para después detenernos a pensar que somos nosotros los que tenemos que crecer y no las cosas que podemos tener.

martes, agosto 08, 2006

Concentración

Retrocedo, retrocedo, retrocedo. Estoy tomando impulso para saltar adelante, pero creo que ya es mucho lo retrocedido.
Pero ir hacia atrás es también avanzar, no?
Por más atrás que vaya, nadie podría decir que no estoy llegando lejos, porque lejos, lejos, se puede ir en cualquier dirección, así como en cualquier dirección puede uno llegar a ninguna parte después de haberlo intentado bastante.
Esta labor de tomar impulso no es, sin embargo, cualquier cosa. Hay que concentrarse, fijarse un objetivo (uno real y uno imposible, pero deseable), estimularse a lograrlo, obligarse a luchar por ello, no perder la perspectiva, desanimarse de vez en cuando para intentarlo de nuevo, y así seguir retrocediendo pensando que nada está perdido mientras se crea que algo se hará.
Algo se hará, sin duda. Por menos que uno sea, siempre se será alguien. Ser cada vez menos no significa hacer cada vez menos, se puede hacer muchas cosas, pensar muchas cosas, escribir muchas cosas, siendo cada vez mas un código de barras, una imagen borrosa de un hombre caminando por la calle en un comercial de jabones de tocador en que la imagen se centra en una chica alta de piernas largas que camina sonriendo, los labios delgados, y los dientes blancos, blancos, blancos, como las páginas del libro imaginario que no he de escribir, pero en el que pienso mientras retrocedo para tomar impulso.

lunes, julio 31, 2006

A lo que no es

De mi abuelo materno supe que era pastor evangélico y que fundó una pequeña iglesia en un Distrito de Trujillo, El Porvenir. Nunca lo conocí, y cuando murió nada se alteró en casa; ni siquiera mi madre sintió la pérdida, porque él nunca formó parte de su vida.
A mi abuelo paterno lo conocí hace unos 07 años. En las tres o cuatro veces que lo he visto desde entonces, la sensación de estar ante un extraño me ha impedido conversar con él, aunque físicamente se parece bastante a mi papá.
Mi abuelo paterno tampoco ha formado parte de la vida de mi papá, y cuando hace un par de días llamó una de sus hermanas para decirle que él se estaba muriendo y quería verle, no he notado nada distinto en su mirada.
No forma parte de mis recuerdos de infancia la figura de los abuelos, han existido en un universo paralelo al mío, y ahora que se están yendo sé que tendría que sentir que algo importante se esta perdiendo, pero no sabría decir bien qué.

martes, julio 25, 2006

Música es

Cualquier análisis político – periodístico de la situación actual del Perú, inicia o culmina o cita en cualquier momento, aunque no venga exactamente a cuento, la famosa y manida pregunta de Zavalita "¿en qué momento se jodió el Perú?".
Zavalita, al igual que Ambrosio (ambos personajes de "Conversación en la Catedral" de Mario Vargas Llosa), son perdedores, uno por vocación y el otro por formación. Zavalita, de buena familia, no sabe lo que quiere y está jodido por eso. Ambrosio, negro chinchano, ha supeditado su voluntad a quienes han sido sus patrones, y una vez libre para ser alguien, le faltan bolas y cerebro para serlo y llega a la vejez trabajando de apaleador de perros; jodido igual que los perros que apalea.
La pregunta de Zavalita no tiene respuesta aparente, porque aunque del mismo libro se desprende la causa (no sabemos lo que queremos ser o sabiéndolo no tenemos el valor de ir hacia ello), no resulta igual con el momento. ¿Estamos jodidos desde siempre o hay una etapa histórica en que empezamos a jodernos como país, como nación, como perspectiva histórica?.
Hay otra pregunta en ese libro, sin embargo, que tendría que haber sido analizada tanto como la otra. Zavalita sumido en sus pensamientos, en el colectivo que lo lleva a Barranco, piensa en muchas cosas a la vez, y en una de esas se detiene en la música criolla peruana (ésa de cajón y guitarra, ésa de "víbora, ése nombre te han puesto" o de "devuélveme el rosario de mi madre"), y se pregunta "¿porqué es tan cojuda la música criolla?".
¿Alguien se atreve a levantar la mano para opinar?

jueves, junio 22, 2006

What the difference does it make?

El mundo es plano, el tiempo es plano, los acontecimientos externos son planos... o al menos son planas las percepciones que tengo de todo ello.
Qué importan las series de Discovery Channel, los noticieros, las radios, si todo es una constante y continua repetición?
La radio, las emisoras reggaetoneras, las adulto-contempo, las salseras, hasta la doble nueve y su full música en inglés, no hace sino atontarnos con lo mismo que ya se escuchaba cuando nací y lo mismo que seguirá escuchándose, probablemente, cuando muera.
La diferencia hay que buscarla cada vez más acuciosamente.
Los argumentos rebuscados y pretenciosamente brillantes ya no son un estímulo para leer libros...
La diferencia hay que buscarla en la escritura misma, en la forma cómo se narran los hechos, en cómo las palabras son estructuradas para llevar al idioma a su máxima expresividad.
Las noticias trágicas ya no alteran casi, porque las tragedias personales o grupales se repiten cada día en todas partes, y todas partes llegan a ser ninguna.
La diferencia no sé dónde hay que buscarla, pero a veces hay diferencias y ésas son finalmente las que importan para el desarrollo de la percepción, para el desarrollo personal como ser humano y no como ganado con nombre propio.
El domingo 25 de junio se celebró el día del padre. Noticia irrelevante.
El lunes 26, en algunos noticieros destinaron unos cuantos minutos para pasar la tragedia de un padre que había perdido a su único hijo, de apenas año y medio, justamente el día del padre. Había muerto a causa del virus del VIH, por una transfusión de sangre infectada que le hicieron, al igual que a otros seis niños, en el Hospital del Niño, hace casi un año. Noticia triste, triste coincidencia, como bastantes otras.
Se puede emitir muchos juicios de valor sobre tal hecho, que pueden resumirse en: En el Hospital del Niño no sólo hay incompetentes, con responsabilidad administrativa, sino también delincuentes hijos de puta con responsabilidad penal. Que, como sucede en todos los casos, le han fregado la vida a seis o siete parejas, y en lugar de resarcirlos, cuando menos económicamente, ya que otra cosa no pueden esperar, se los pasea bajo el ardid de "la indemnización, de corresponder, debe ser declarada judicialmente".
Pero esos juicios de valor, con ligeras variantes, pueden hacerse para casi todos los casos trágicos de los que tenemos noticia diariamente.
Hay una diferencia, sin embargo: se acerca el reportero al padre, de espaldas en un primer momento, llorando ante un pequeño ataúd blanco. Se vuelve aquél, y la cámara le enfoca el rostro: No debe tener mas de treinticinco años, es trigueño, cabellos negros y lacios, despeinado, ojos rojos y tristeza como parte de sus rasgos. Dice mas o menos lo siguiente, con la voz entrecortada: qué iba a esperar que esto pasara, pensé que mi hijo iba a ser mas fuerte que yo, que iba a tener mas cosas que yo... que iba a estar mejor; nació, incluso, en un hospital.
Algo afectó en mi esas palabras, eso no suele oírse en los noticieros, por lo general "los deudos" (para incorporar un término periodístico) exhiben su pena y solicitan ayuda económica. Para él, que su hijo haya nacido en un hospital, qué importa que sea del estado, era un peldaño mas arriba de lo que seguramente le había tocado a él (como imagen de fondo, además del ataúd, los candelabros y las cortinas habituales, hay paredes sólo de ladrillos, sin enlucido, y unos cuantos banquitos de plástico), traído al mundo probablemente por una partera en un cuarto de piso de tierra apisonada, paredes de adobe y techo de calamina.
Lo mejor que quiso para su hijo, lo mejor que pudo hacer por él, terminó siendo lo peor.
Ésa muestra de dolor, es una de las pocas evidencias que de vez en vez tenemos de que el mundo no es plano, que el tiempo es curvo, que hay cosas distintas a lo ordinario, que somos humanos y no sólo una manga de desadaptados en sociedad.
Ésa muestra de dolor, es una de las pocas cosas que sacuden de verdad, sin cavilaciones ni reticencias, que hacen saber que podemos hacer nuestro el dolor ajeno.

viernes, junio 16, 2006

Un poema no empezado

Sólo lo he visto derrumbarse un par de veces en toda mi vida. La primera vez, cuando uno de mis hermanos decidió irse de casa teniendo 16 o 17 años, para vivir con su enamorada. La segunda vez, cuando le robaron la totalidad de su sueldo de ex policía.
En ambas oportunidades se tumbó boca abajo en la cama, la cabeza sobre los brazos, y no se levantó en todo el día.
En ambas oportunidades todo en la casa se puso gris y callado.
Nunca he conversado con él sobre esos temas, fundamentalmente porque casi nunca sostenemos conversaciones largas. Cuando yo era pequeño me cohibía su sola presencia, ahora que paso los treinta soy igual de lacónico que él, y casi no tenemos mucho que decirnos.
Serio y tan poco propenso a las muestras de afecto, papá intentó evitar que me fuera de casa también yo. Recién estaba por cumplir 19 años y ya casi había obtenido mi traslado a una universidad de Lima. Él se apareció un día por allí y nos fuimos a comer. Casi no hablábamos, y cuando lo hacíamos era solo para preguntar sobre cómo andaban los demás.
Justo antes de despedirse me dijo, ya eres mayor de edad y no voy a cuestionar tu decisión, sin embargo piensa que aquí no tendrás las comodidades que mal que bien tienes en casa, aquí no estará tu mamá para atenderte cada vez que lo necesites, ni estarán tus hermanos o yo para apoyarte en lo que se pueda.
Estaba yo ciego y sordo, porque la juventud a veces es como una mano que te tapa los ojos y los oídos para todo lo que es distinto a lo que quieres que sea.
Papá tenía razón, porque para que todo vaya bien siempre faltó que ellos estuvieran, tan solo estuvieran, no mas que eso, aquí conmigo.

martes, mayo 23, 2006

Dueño de muchas vidas

Distraido como estaba de tanto caminar con los ojos bien abiertos y las manos por delante, cuidándome de no golpearme con nada;
distraido como estaba buscando espacios frescos en los días soleados y noches abrigadas en invierno;
advertí de pronto, en el reflejo de mi rostro atento y de mis manos moviéndose incesántemente, en el reflejo de mi mirada desesperada tratando de verlo todo;
que yo solo era el mal sueño de otra persona de vida luminosa que probablemente en este momento estaría escribiendo de mí.

viernes, mayo 19, 2006

Esta es para hacerte feliz

Luego de un largo silencio resacoso, lleno de drogas y recuerdos de lo que fue "Los Prisioneros", Jorge Gonzáles lanzó un disco solista homónimo, con el que pretendió escapar de las letras políticas de los primeros años de Los Prisioneros, y de las letras descorazonadas (y descorazonadoras) del último período de dicho grupo, el de predominancia electrónica.
Conociendo la personalidad tan inestable y contradictoria de Gonzáles, llama la atención el intento de hacer algo bueno para contentar a alguien querido ("Esta es para hacerte feliz"), o el intento de volver a la ingenuidad cargada de ternura de la infancia ("Mi casa en el árbol"). La justificación de esas canciones tendría que estar en sus letras, y en lo que pretendió decirse con ellas. Lo que predominó para el público, sin embargo, fue la música y la escasa intención de escuchar algo importante en un coro que repetía muchísimas veces "esta, esta, esta es para hacerte feliz... esta...".
La composición, el conjunto de música y letra, no permitió a Jorge Gonzáles salir bien parado de su intento... después de ese disco pasó al casi anonimato hasta su retorno blanco con la nueva cara de "Los Prisioneros".
Pero, retomemos la idea: el intento fallido de decir algo.
Al igual que casi todo el mundo, nuna presté atención a las canciones que antes he mencionado, y solo de memoria he vuelto a recordar parte de su letra. Ese intento fallido se parece mucho a todos mis intentos de escritura.
He pensado hoy en tantas y tantas maneras de expresar que estoy feliz porque es cumpleaños de mi hija, que estoy feliz porque desde hace tres años los recuerdos, la alegría, la felicidad, los proyectos, las esperanzas, tienen el nombre de Romina; y solo puedo expresarlo con estas palabras.
No debo dejar de intentar de decirlo mejor, sin embargo, ya que, finalmente, esto que hago, y todo lo que hago al fin, es para hacer feliz a mi hija, mi objetivo y razón.

jueves, abril 20, 2006

Una raya mas al Tigre

El restaurante está en una esquina y tiene dos ambientes bien definidos: el que da a la avenida Raúl Ferrero es para pollos (pollos a la brasa, obviamente) y parrillas, y el que da a la calle transversal, cuyo nombre no sé, es para pescados y mariscos (cebiches, sudados, parihuelas, etc.).
Primera decisión: a cual ambiente entramos. Romina está agripada y no puede comer pescados ni mariscos, así que optamos por entrar a la parte de pollos y parrilladas.
Entramos. Hay varias mesas pequeñas de cuatro sillas de madera cada una. Las ventanas muestran el día soleado y tranquilo.
Segunda decisión: Pollo a la brasa o parrillada. Es feriado y este almuerzo fuera de casa es excepcional. El pollo a la brasa es una comida ordinaria. Así que optamos por pedir una parrillada para dos (Romina es pequeña y fácilmente podemos compartir los tres: Ross, Romina y yo).
Los pocos comensales nos miran extrañados. No hay música de fondo, así que han podido escuchar claramente el pedido: término medio, por favor, bastantes papas fritas y una jarra de chicha morada.
Mientras van poniendo en la mesa los anticuchos de corazón, las brochetas de pollo, la morcilla, el chorizo, las chuletas de cerdo, la bola de lomo, y el bife angosto, recapacito: es feriado, es Viernes Santo.
Tercera y definitiva decisión: pecar o no pecar. Pienso en mis antecedentes, trato cada día de ser buen padre, buen hijo y buen esposo. Trato de dar lo mejor de mí en mi trabajo, y trato de ayudar a quienes necesitan ayuda en la medida de mis posibilidades y de mis estados de ánimo.
Mis posibilidades y estados de ánimo son, sin embargo, algo sumamente insuficientes para aspirar al cielo.
Todo está decidido entonces, pienso, mientras separo las brochetas de pollo para Romina, y meto en mi boca un trozo de carne.
Al fin y al cabo, lo que como o dejo de comer no puede hacerme en modo alguno mejor o peor cristiano.

miércoles, marzo 29, 2006

Completando espacios


En esta vida como un estante de libros no podría sentirme bien del todo, si no hubiera reservado algún espacio para los juguetes de niño.
En este estante como una vida llena de lecturas, no podría ser feliz del todo si no hubiera guardado un espacio en mi corazón para sentirme otra vez niño.

viernes, marzo 24, 2006

Un tipo ingenioso?

Ya en las elecciones anteriores (hace cinco años) vi paneles gigantes con propaganda de él. Un tipo que conocí solo de vista en la universidad. Se presentaba para Congresista y en esa vez no fue electo, aunque las encuestas ahora le dan mayor oportunidad.

El eslogan que ahora usa es el mismo que el de hace cinco años. "A mí nadie me podrá romper la mano".

Lo que parece una proclama de comportamiento ético ("romper la mano" equivale a coimear, a sobornar) no es, sin embargo tal: de hecho el tipo en mención no tiene manos, sino dos ganchos de acero que las sustituyen. Tanto es así, que en la foto en el panel aparece mostrando los susodichos ganchos.

No voy a hablar de sus cualidades o defectos personales, porque honestamente no los conozco. Es el eslogan lo que me interesa para este post: ¿si del panel se desprende que no le podrán romper la mano, porque "físicamente" es imposible hacerlo, debo entender entonces que si no fuera por tal impedimento "físico" (imposibilidad material, como se dice en un lenguaje más técnico) sí podría ser coimeado o sobornado?.

Condorito dixit: "¡exijo una explicación!"

lunes, marzo 20, 2006

Otra ingeniosa frase anodina

Al enterarse que uno de mis compañeros del Colegio ahora se está presentando como candidato al Congreso de la República, y sobre todo que no es un candidato únicamente con "aspiraciones" sino que es casi Congresista fijo, alguien me pregunta: ¿por qué no te dedicaste al igual que él a la política?.
Obviando mi fastidio por la repetición de ya varios días (no es el único que me ha dicho lo mismo, ni mucho menos), invariablemente respondo: "Algunos como yo optan por ser decentes y ganarse los frejoles con su trabajo, otros optan por la política".
Festeja mi respuesta.
Pero a mí, hace rato que dejó de darme risa.

jueves, marzo 09, 2006

Desde niño tuviste miedo

Recuerdo que, como tantas otras veces, me pidieron que recitara una poesía frente a todos los alumnos formados en el patio de la escuela, luego que se cantara el himno nacional. En ese entonces era un tanto aplicado en el arte de la declamación (suena pomposo, no?), y como tal había que mover las manos poniendo énfasis en determinados versos o estrofas enteras.
Viene a mi mente claramente, incluso, la vez en que tenía algo en la mano, y como no pude guardarlo a tiempo, al recitar levantaba una mano y pasaba el objeto a la otra y así sucesivamente. Recuerdo las risas, y mi absoluta indiferencia a ello.
Recuerdo que, como tantas otras veces, me puse a buscar con la mirada, lleno de miedo, el rostro de alguno de mis hermanos o de Papá (en ese entonces Profesor de la escuela). No recuerdo a cual de ellos vi, pero sí que, como todas las veces anteriores en que encontré el rostro de alguno de ellos, me puse a llorar delante de todos, y me bajaron sin terminar de recitar.
Recuerdo el temor, o vergüenza, qué se yo, con tanta nitidez que a veces me sonrojo y siento pena por el niño pequeño que fui.
Dejé de recitar e inclusive, dejé de aprenderme de memoria los poemas que me gustaban, con una tenacidad tal que incluso ahora huyo de ellos.
Mas grandecito ya, en secundaria, escribía poemas y algunos los vendía. Nunca supe a ciencia cierta cómo se enteraron de mis poemas, ni como empezó esto de los poemas a pedido (acrósticos, sobre todo), pero lo que si sé es que los que yo consideré "poemas míos" de verdad, nunca los mostré a nadie, hasta que los destruí.
Escribidor eventual, ahora, de posts carentes de pretensiones literarias. No puedo evitar pensar que lo que digo no vale la pena ser dicho, o más exactamente, no vale la pena ser dicho en la forma como lo hago.
Mientras escribo corrijo una frase u otra, sustituyo una idea por otra. Cambio párrafos enteros que puedan mostrarme demasiado. Mientras escribo sustituyo a veces la idea primigenia por otra menos parecida a lo que efectivamente quise escribir.
Publico un post, y a veces me asalta la angustia de encontrar un reproche escrito por algunos de quienes me gustaría que aprecien esto que escribo, pero a los que, estoy seguro, nunca contaré que lo hago.

viernes, marzo 03, 2006

Normalidad

A unos cuantos días de volver a la normalidad de una autopista con kilómetros y kilómetros de línea recta, con días y días de paisajes llenos de dunas, siento nuevamente el ya acostumbrado desconcierto.

Cambio desadaptación por costumbre.

Cambio un refugio de libros por uno de normas.

A unos cuantos días de terminar estas vacaciones en las que casi todos los días me he preguntado ahora qué hago, siento un poco de tristeza porque el conocido transcurir de las horas en el trabajo, se ha convertido en la normalidad para mí.

Cambio estos ojos tristes por una sonrisa socarrona, y una mirada maliciosa.

Cambio libertad por normalidad.

jueves, febrero 02, 2006

Dinosaurio Jr.

Dinosaurio Jr. está parado en medio del parque
tiene los ojos muy abiertos
y muy abierta la boca,
tanto que pueden verse todos sus dientes,
largos, larguísimos.

Dinosaurio Jr. está parado en medio del parque
quieto, muy quieto
pasan los carros, y pasan niños corriendo entre sus patas
por lo visto sin temerle.

Tiene claro que el cielo no es su cielo
la tierra no es su tierra
este tiempo no es su tiempo.

Dinosaurio Jr. tiene miedo.

jueves, enero 12, 2006

Tracy

En los albores de la experiencia, cuando el corazón era una esponja recién dejada de estrujar, y todo lo que es importante conocer para enfrentar la vida estaba recién por ser aprendido; cuando aún no había optado por escuchar la música que ahora escucho, ni había tomado aún las que serían las decisiones mas importantes que he tomado...

En los albores de mis lecturas, cuando pensaba que todo lo digno de leerse y de escribirse, ya había sido hecho por Bécquer, Vallejo, Neruda, Martín Adán, Rafel Alberti, Alberto Ureta, Scorza, Emilio Adolfo Westphalen, Xavier Abril, Manuel Oquendo de Amat, y un puñado de poetas más...

estaba ya allí el sonido suave y grave de Tracy Chapman, insinuándome temas recurrentes para mi futura percepción del romanticismo.

miércoles, enero 04, 2006

Cuando las imágenes dicen más que las palabras

Romina sujeta mi corazón de peluche y el asfalto se viste de primavera
Romina sujeta mi corazón de peluche y el sol derrite todas las nubes
Romina me agarra de la mano, y me dejo llevar a donde ella quiera llevarme.