lunes, setiembre 08, 2008

Historia de amor

Es una tarde fría y ella tiene las manos heladas. Camina, sola, por un parque casi vacío. Está con un largo abrigo negro, pero igual tiene frío.
Saca de su bolso un sobre, lo rompe. Desdobla un papel, se toca la nariz con una mano, se acomoda el pelo hacia atrás y empieza a leer: "¿recuerdas la primera vez que te ví? Era de tarde, entraba yo en la Iglesia Santo Domingo y escuché una guitarra tocando Historia de Amor, caminé por varias habitaciones hasta verte en una de ellas, sola, concentrada. Te vi perfecta y perfecta fuiste para mí durante mucho. Habría matado y muerto con gusto por verme siempre reflejado en tus ojos. ¿te lo dije varias veces, no?".
Ella se detiene junto a un banco de madera y se sienta. Sigue leyendo: "¿recuerdas que no podías creer que yo estuviera tan enamorado de tí? Me mirabas incrédula cuando con mi guitarra te cantaba Yo Pienso en Tí de Fernando Ubiergo, o Cuando Duermes de Cómplices. Leías incrédula mis poemas. Y yo estaba loco por tí, loco como suele estarlo aquél que no sabe vivir otra vida que una junto a tí"
"Me decías un día te cansarás, te aburrirás, porque eres como un niño. Yo te decía jamás, mi amor, jamás. Tu me mirabas incrédula."
"¿llegaste a enamorarte de mi?. ¿Sabes? yo nunca lo supe bien. Seguramente porque estaba loco por tí sentía que no te habías enamorado lo suficiente de mí. ¿recuerdas que me gustaba pasar mis dedos por tu rostro? ¿alguna vez tocaste así el mío?".
Ella siente frío y se pone de pie, baja un instante los brazos y mira a lo lejos, a ninguna parte y a todas a la vez. Camina lentamente y vuelve a leer: "¿porqué te escribo esto? porque me voy. De hecho mientras estás leyendo ya estoy bastante lejos. No importa donde, sólo lejos, donde no tenemos lugares ni amigos comunes. De verdad te amé con todo mi alma, de verdad fuiste la perfección absoluta para mí, pero he empezado a pensar que tal vez no eres perfecta, que tal vez me estoy equivocando al querer verte siempre como el ángel que tocaba una guitarra en un salón de una iglesia que no he vuelto a visitar más. Me decías que era un niño y tal vez tenías razón, este niño quiere recordarte perfecta y por eso se va. Adiós, mi amor".
Ella arruga el papel pero no lo bota, lo guarda, tiene las manos frías y con ellas se tapa los ojos como queriendo no ver. Se queda quieta, luego vuelve a mirar a todas partes. Se pregunta ahora dónde iré. Piensa desolada que es una tarde fría, y camina a cualquier lugar.

lunes, setiembre 01, 2008

Una estrella fugaz en tu frente

El triste levanta la cabeza,
le brillan los ojos y tiembla un poco,
mira fijamente el rostro de la bella,
estira su mano,
lentamente recorre con un dedo sus cejas.

La bella ríe divertida,
le dice cumpliste tu sueño;
el triste sonríe,
dice claro que sí,
el triste ríe,
dice por supuesto que sí,
dice, he visto una estrella fugaz recorriendo tu frente
y la retuve por un instante entre mis dedos.