jueves, octubre 01, 2009

Un jueves muy largo

No saben mi nombre, pero no importa. Ustedes no me conocen y creanme, no se han perdido de absolutamente nada. Tengo 35 años y voy a morir dentro de muy poco.

Porqué escribo esto? no lo sé bien. Estos días ando viendo como llenar los espacios vacíos y se me ocurrió esto. Dicen que para superar el dolor hay que sacarlo fuera, para superar el miedo hay que enfrentarlo. Pero no se bien si quiero exteriorizar mi dolor o si quiero enfrentar mis miedos.

Lo que sé bien es que hoy al despertar empecé a extrañar la vida que no tendré. Tuve unas ganas inmensas de recibir el primer beso del dia de la persona amada, de sentir en mi rostro su aliento seco al despertar. Hoy al despertar tuve unas ganas inmensas de sentirme acompañado.

Tuve ganas también de oir risas de niños, ruidos de cosas que se mueven en torno a la casa que no tengo. Tuve ganas de ver el sol desde mi hogar, pero este cuarto en el que vivo nunca fue mi hogar.

Tengo 35 años y podría tener 35 años más para superar estos que ya pasaron, pero no será así. En muy poco tiempo todo se detendrá para mí, y todo lo que podría haber sido por fin será todo lo que soy.

No sé a que se debe esta nostalgia, tal vez a que soy muy imaginativo y le temo a la muerte; tal vez a que pienso que si hay un cielo no será para mí.

No saben mi nombre, no conocen mi rostro, no existo para ustedes y es a ustedes a quienes escribo. Si no existo para ustedes tampoco nunca moriré, solo existirá esta nota de alguien que dijo que iba a morir, pero que no saben si murió en verdad o sólo jugó a imaginarse su muerte el dia en que despertó sintiéndose solo.