lunes, julio 31, 2006

A lo que no es

De mi abuelo materno supe que era pastor evangélico y que fundó una pequeña iglesia en un Distrito de Trujillo, El Porvenir. Nunca lo conocí, y cuando murió nada se alteró en casa; ni siquiera mi madre sintió la pérdida, porque él nunca formó parte de su vida.
A mi abuelo paterno lo conocí hace unos 07 años. En las tres o cuatro veces que lo he visto desde entonces, la sensación de estar ante un extraño me ha impedido conversar con él, aunque físicamente se parece bastante a mi papá.
Mi abuelo paterno tampoco ha formado parte de la vida de mi papá, y cuando hace un par de días llamó una de sus hermanas para decirle que él se estaba muriendo y quería verle, no he notado nada distinto en su mirada.
No forma parte de mis recuerdos de infancia la figura de los abuelos, han existido en un universo paralelo al mío, y ahora que se están yendo sé que tendría que sentir que algo importante se esta perdiendo, pero no sabría decir bien qué.

martes, julio 25, 2006

Música es

Cualquier análisis político – periodístico de la situación actual del Perú, inicia o culmina o cita en cualquier momento, aunque no venga exactamente a cuento, la famosa y manida pregunta de Zavalita "¿en qué momento se jodió el Perú?".
Zavalita, al igual que Ambrosio (ambos personajes de "Conversación en la Catedral" de Mario Vargas Llosa), son perdedores, uno por vocación y el otro por formación. Zavalita, de buena familia, no sabe lo que quiere y está jodido por eso. Ambrosio, negro chinchano, ha supeditado su voluntad a quienes han sido sus patrones, y una vez libre para ser alguien, le faltan bolas y cerebro para serlo y llega a la vejez trabajando de apaleador de perros; jodido igual que los perros que apalea.
La pregunta de Zavalita no tiene respuesta aparente, porque aunque del mismo libro se desprende la causa (no sabemos lo que queremos ser o sabiéndolo no tenemos el valor de ir hacia ello), no resulta igual con el momento. ¿Estamos jodidos desde siempre o hay una etapa histórica en que empezamos a jodernos como país, como nación, como perspectiva histórica?.
Hay otra pregunta en ese libro, sin embargo, que tendría que haber sido analizada tanto como la otra. Zavalita sumido en sus pensamientos, en el colectivo que lo lleva a Barranco, piensa en muchas cosas a la vez, y en una de esas se detiene en la música criolla peruana (ésa de cajón y guitarra, ésa de "víbora, ése nombre te han puesto" o de "devuélveme el rosario de mi madre"), y se pregunta "¿porqué es tan cojuda la música criolla?".
¿Alguien se atreve a levantar la mano para opinar?