Distraido como estaba de tanto caminar con los ojos bien abiertos y las manos por delante, cuidándome de no golpearme con nada;
distraido como estaba buscando espacios frescos en los días soleados y noches abrigadas en invierno;
advertí de pronto, en el reflejo de mi rostro atento y de mis manos moviéndose incesántemente, en el reflejo de mi mirada desesperada tratando de verlo todo;
que yo solo era el mal sueño de otra persona de vida luminosa que probablemente en este momento estaría escribiendo de mí.
Sé que si miro al cielo insistentemente haré llover, pero no lo haré, no desmentiré lo mágico en mí.
martes, mayo 23, 2006
viernes, mayo 19, 2006
Esta es para hacerte feliz
Luego de un largo silencio resacoso, lleno de drogas y recuerdos de lo que fue "Los Prisioneros", Jorge Gonzáles lanzó un disco solista homónimo, con el que pretendió escapar de las letras políticas de los primeros años de Los Prisioneros, y de las letras descorazonadas (y descorazonadoras) del último período de dicho grupo, el de predominancia electrónica.
Conociendo la personalidad tan inestable y contradictoria de Gonzáles, llama la atención el intento de hacer algo bueno para contentar a alguien querido ("Esta es para hacerte feliz"), o el intento de volver a la ingenuidad cargada de ternura de la infancia ("Mi casa en el árbol"). La justificación de esas canciones tendría que estar en sus letras, y en lo que pretendió decirse con ellas. Lo que predominó para el público, sin embargo, fue la música y la escasa intención de escuchar algo importante en un coro que repetía muchísimas veces "esta, esta, esta es para hacerte feliz... esta...".
La composición, el conjunto de música y letra, no permitió a Jorge Gonzáles salir bien parado de su intento... después de ese disco pasó al casi anonimato hasta su retorno blanco con la nueva cara de "Los Prisioneros".
Pero, retomemos la idea: el intento fallido de decir algo.
Al igual que casi todo el mundo, nuna presté atención a las canciones que antes he mencionado, y solo de memoria he vuelto a recordar parte de su letra. Ese intento fallido se parece mucho a todos mis intentos de escritura.
He pensado hoy en tantas y tantas maneras de expresar que estoy feliz porque es cumpleaños de mi hija, que estoy feliz porque desde hace tres años los recuerdos, la alegría, la felicidad, los proyectos, las esperanzas, tienen el nombre de Romina; y solo puedo expresarlo con estas palabras.
No debo dejar de intentar de decirlo mejor, sin embargo, ya que, finalmente, esto que hago, y todo lo que hago al fin, es para hacer feliz a mi hija, mi objetivo y razón.
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