Romina me contesta al teléfono y me pregunta si voy a llegar a casa cuando todavía sea de día, le digo que voy a tratar, me dice ah ya, cambio rápidamente de tema, luego le digo que se porte bien, me dice chau papito, y cuelgo sintiéndome culpable de responderle todos los días lo mismo pero llegar a casa siempre de noche.