miércoles, marzo 21, 2007

Días cayendo como lluvia

Romina me contesta al teléfono y me pregunta si voy a llegar a casa cuando todavía sea de día, le digo que voy a tratar, me dice ah ya, cambio rápidamente de tema, luego le digo que se porte bien, me dice chau papito, y cuelgo sintiéndome culpable de responderle todos los días lo mismo pero llegar a casa siempre de noche.

9 comentarios:

Unknown dijo...

Romina, que bonito nombre, bonita como ella (ya la conocí por fotos). No te sientas triste, así es la vida de los que trabajamos y llegamos tarde a casa y con las baterías bajas.
Algun día te entenderá, pero falta mucho para eso, por ahora, las pocas horas que le des dale amor y cuentale porque la demora en llegar a casa, que se enteré que lo haces por ella.
SUERTE

Omarcito dijo...

Si te sirve de consuelo, jamas llegue a casa temprano, pero lo peor de todo es que cuando mi hijo mayor tenía 4 o 5 años, todos los días demoraba a veces entre casi una hora, para comprarle algo. Solo para escuchar que me diga: "Papá....que me trajiste?"....

Otra... casi seguro el 9 de Abril me voy a Lima y me quedo un mes por temas de trabajo... si necesitas algo de Buenos Aires avisame!

Anónimo dijo...

Decir algo, que sabemos con seguridad no es cierto,literalmente es mentir... y a los hij@s les mentimos desde siempre y para siempre; cuando son bebés y la enfermera les aplica una inyección "por su bien" y los abrazamos fuerte y permitimos que les causen un dolor que ell@s no entienden, mentimos cuando por primera vez van al cole y l@s convencemos que estén tranquil@s; mientras mal disimulamos nuestro propio llanto, mentimos cuando les decimos que coman verduras y serán fuertes como Popeye; que toda comida saludable es rica, mentimos cuando les recordamos que los hombres no lloran y que el mundo siempre es bueno con los niñ@s (que la maldad solo se ve en las películas). Mentimos cuando les decimos o cuando callamos, las cientos de cosas que solemos decir o callar con tal de siempre verlos sonreír y para evitarles una sola lágrima, mentimos porque los amamos.

Briseida dijo...

Suele ocurrir así.
No recordamos que un niño puede comprender cualquier cosa que sepamos exponerle.
Saludos!

alida dijo...

Bueno ya le dedicaras tiempo a Romina, no es la cantidad sino la calidad, cuando estés con ella, dedícale mucho y dale mucho cariño, esos momentos aunque sean pocos son inolvidables

feliz fin

El Oliva dijo...

Buenas Hugo, llego a tu blog a traves del de Alida. Muchas veces,es difícil,conciliar la vida laboral con la familiar, pero se consigue.
Saludos

DudaDesnuda dijo...

No Hugo, no sientas culpa por eso. Querela, querela muchísimo y disfrutá con ella otros momentos. No es la cantidad de horas sino la calidad la que cuenta.

Besos sin culpa.

Fox in the Snow dijo...

Estoy en la etapa de recurrir a las cositas que compro antes de llegar a casa, para atraer su atención... y, efectivamente, también en la etapa de mentirle que he de llegar temprano a casa; todo con tal de evitarle disgustos.
Saludos a todos, y gracias por pasar por aquí.
Ah, Omarcito, gracias por el ofrecimiento, no se me ocurre nada.Espero que tengas una buena estadía por aquí, y tal vez nos visitemos.

Paloma Mensajera dijo...

Hola Hugo!!! No sé que decirte, desde que mis hijos grandes eran chicos me digo... es mejor calidad que cantidad, pero ahora que ya tengo a los 3 medios grandes: 25,22,14... me sigo sintiendo culpable muchas veces por no estar en casa. Será que recuerdo mi niñez y sabía que mi mamá estaba trabajando, pero la extrañaba tanto, tanto.
Besos y FELICES PASCUAS