Romina me contesta al teléfono y me pregunta si voy a llegar a casa cuando todavía sea de día, le digo que voy a tratar, me dice ah ya, cambio rápidamente de tema, luego le digo que se porte bien, me dice chau papito, y cuelgo sintiéndome culpable de responderle todos los días lo mismo pero llegar a casa siempre de noche.
9 comentarios:
Romina, que bonito nombre, bonita como ella (ya la conocí por fotos). No te sientas triste, así es la vida de los que trabajamos y llegamos tarde a casa y con las baterías bajas.
Algun día te entenderá, pero falta mucho para eso, por ahora, las pocas horas que le des dale amor y cuentale porque la demora en llegar a casa, que se enteré que lo haces por ella.
SUERTE
Si te sirve de consuelo, jamas llegue a casa temprano, pero lo peor de todo es que cuando mi hijo mayor tenía 4 o 5 años, todos los días demoraba a veces entre casi una hora, para comprarle algo. Solo para escuchar que me diga: "Papá....que me trajiste?"....
Otra... casi seguro el 9 de Abril me voy a Lima y me quedo un mes por temas de trabajo... si necesitas algo de Buenos Aires avisame!
Decir algo, que sabemos con seguridad no es cierto,literalmente es mentir... y a los hij@s les mentimos desde siempre y para siempre; cuando son bebés y la enfermera les aplica una inyección "por su bien" y los abrazamos fuerte y permitimos que les causen un dolor que ell@s no entienden, mentimos cuando por primera vez van al cole y l@s convencemos que estén tranquil@s; mientras mal disimulamos nuestro propio llanto, mentimos cuando les decimos que coman verduras y serán fuertes como Popeye; que toda comida saludable es rica, mentimos cuando les recordamos que los hombres no lloran y que el mundo siempre es bueno con los niñ@s (que la maldad solo se ve en las películas). Mentimos cuando les decimos o cuando callamos, las cientos de cosas que solemos decir o callar con tal de siempre verlos sonreír y para evitarles una sola lágrima, mentimos porque los amamos.
Suele ocurrir así.
No recordamos que un niño puede comprender cualquier cosa que sepamos exponerle.
Saludos!
Bueno ya le dedicaras tiempo a Romina, no es la cantidad sino la calidad, cuando estés con ella, dedícale mucho y dale mucho cariño, esos momentos aunque sean pocos son inolvidables
feliz fin
Buenas Hugo, llego a tu blog a traves del de Alida. Muchas veces,es difícil,conciliar la vida laboral con la familiar, pero se consigue.
Saludos
No Hugo, no sientas culpa por eso. Querela, querela muchísimo y disfrutá con ella otros momentos. No es la cantidad de horas sino la calidad la que cuenta.
Besos sin culpa.
Estoy en la etapa de recurrir a las cositas que compro antes de llegar a casa, para atraer su atención... y, efectivamente, también en la etapa de mentirle que he de llegar temprano a casa; todo con tal de evitarle disgustos.
Saludos a todos, y gracias por pasar por aquí.
Ah, Omarcito, gracias por el ofrecimiento, no se me ocurre nada.Espero que tengas una buena estadía por aquí, y tal vez nos visitemos.
Hola Hugo!!! No sé que decirte, desde que mis hijos grandes eran chicos me digo... es mejor calidad que cantidad, pero ahora que ya tengo a los 3 medios grandes: 25,22,14... me sigo sintiendo culpable muchas veces por no estar en casa. Será que recuerdo mi niñez y sabía que mi mamá estaba trabajando, pero la extrañaba tanto, tanto.
Besos y FELICES PASCUAS
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