jueves, julio 31, 2008

De vuelta a casa

Meto el carro en la cochera. Saludo con un beso a papá y mamá, que han salido a recibirnos. Mientras voy sacando las maletas y demás paquetes del portaequipajes, les cuento que el viaje ha estado recontra matado, harto tráfico, hartas colas en los peajes, y un solazo criminal. Mamá me dice pobre mi hijo, debes estar cansado, y me da un beso en un ojo y en la frente.

Ross carga a Julietta. Romina, luego de saludar a sus abuelitos, corre a buscar a sus primos.

Almorzamos y aprovechamos para contarnos lo que nos ha pasado en los varios meses que no nos hemos visto. Papá y Mamá se ven iguales a como los vi la última vez, mi hermano Lucho está mas flaco. Los sobrinos corretean por toda la casa.

Luego voy a darme un duchazo de agua fría. En Trujillo me gusta bañarme siempre con agua fría, aunque estemos en invierno. Me arden los brazos y tengo adolorida la espalda.

Voy a mi habitación y me echo en la cama, Ross conversa con mi mamá en la cocina. Tengo los ojos cerrados como si estuviera durmiendo. Escucho unas pisadas pesadas que se acercan a la puerta y se detienen. Sé que es Papá. Está quieto y yo sigo con los ojos cerrados. Llama a Mamá bajando la voz y le dice está dormido, abrígalo. Mamá busca una colcha, se acerca a mí y empieza a cubrirme.

La ternura me envuelve.

No abro los ojos para nada, se me han llenado de agua pero estoy sonriendo. Escucho los ruidos de la casa, Mamá, Ross y Lucho conversando de nuevo en la cocina, Papá jugando solitario en su habitación canturreando una canción, mis sobrinos y Romina correteando por la casa... todos los ruidos familiares, toda la música del hogar.

No abro los ojos, no quiero abrirlos, tampoco quiero pensar en que solo estoy de visita por unos días. He vuelto por fin a casa, y es como si hubiera retrocedido muchos, muchísimos años.

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