Pasó a través de muchas vidas como pasa el viento entre las hojas de los árboles,
y como el viento fue susurro, fue canción y fue furia.
Pasó a través de muchas vidas como una espada atravezando cuerpos,
y como una espada fue victoria, fue dolor y fue muerte.
Recorrió los caminos que tenía que recorrer
e hizo caminos allí donde no los habia.
Minuciosamente aprendió a disimular sus imperfecciones:
llegado el momento ya nadie pudo ver jamás quien era
solo veían lo que él decía ser.
Minuciosamente aprendió a ocultar su timidez.
Dijo las palabras que tenía que decir
y escribió todas las demás.
Pasó a través de muchos sentimientos como pasa el agua del rio entre las piedras
y como el agua fue calmo, fue transparente y fue turbio.
Pasó a través de los abrazos como si no fuera él el que abrazaba
y como si no fuera a él a quien abrazaban.
Pensó que estaba preparado para enfrentar todo
o para huir de lo que no podía enfrentar,
pero nunca pensó que aparecerías tu.
Había que nacer completamente nuevo para llegar a tí,
y así empezó la dura batalla de construirse,
de empezar a ser alguien nuevo para tí.
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