El cielo azul lleno de agujeritos brillantes abría sus brazos para mí (A mis doce o trece años no me importaba echarme boca arriba en el techo).
El ruido cotidiano de la cena en plena preparación, la voz de papá, de mamá, o de alguno de mis hermanos, y de todos a la vez, en una secuencia desconocida para mí, pero que ahora reconozco como música, me aislaban del entorno.
Yo, seguro, absolutamente seguro de que el mundo y la felicidad eran completamente míos, me dedicaba a no pensar, a ser todo y nada a la vez, me dedicaba a saborear cada segundo transcurriendo por cada parte de mí.
Yo, seguro, absolutamente cierto de estar en la cima del mundo, me dedicaba a ser todos los sueños del mundo, a tener todos los sueños del mundo.
Pero en ninguno de ellos me veía así como me veo ahora que despierto, en mi cuarto alquilado, con el ruido de voces ajenas al otro lado de las paredes, con la tensión de que se me está haciendo tarde para llegar al trabajo.
A través de la ventana, sucia, con marcos de fierro oxidados, sólo puedo ver un poco de cielo gris.
La realidad huele un poco a guardado, y otro tanto a cera de piso.
Quiero cerrar los ojos y volver al sueño... no, no al sueño. Quiero cerrar los ojos y volver a casa, volver al techo, la cima del mundo, levantarme y bajar corriendo a abrazar a la voces que me arrullaban. Sentarme a la mesa con ellos y contarles que soñé mi soledad.
Contarles que no quiero crecer.
5 comentarios:
Sabes al leer tu artículo, sobre una etapa de tu vida en la que al parecer eras bastante feliz, y me da la impresión de que ahora no lo fueras o tal vez lo eres pero en otra faceta "de padre" y no quiero ser egoísta y prefiero pensar que tan solo son buenos recuerdos así como yo también tengo los mios...
La idea de este webblog no es la de hacer un diario de mi vida, ni un espejo de mis emociones... No necesariamente.
A veces actuaré para quienes quieran leerme, a veces no. A veces utilizaré parte de mis recuerdos para crear historias, a veces utilizaré las imágenes de mi hija para mostrar el pequeño lado bueno que tengo.
En el presente post utilicé dos tiempos distintos al actual: mi adolescencia en Trujillo, y algún día de mis veinticuatro o veinticinco años, viviendo en una habitación alquilada en San Miguel; con la finalidad de crear un marco de expresión para el personaje del post: la nostalgia de un tiempo irremediablemente perdido.
Entiendo que algunos de quienes han de leerme no podrán diferenciar a veces la realidad de la ficción, pero justamente eso es lo que trato.
Así, me gustó que quienes me conocen no me hayan preguntado porqué hablo en uno de mis post de un hermano menor si yo no tengo hermanos menores, y es que en tal caso también utilicé parte de mis recuerdos para crear dos personajes.
De nada, Dudadesnuda... me alegra sobremanera que te haya gustado.
feliz navidad ! jojojo
No me dejaba entrar..asique lo he tenido que hacer esta manera... Si me llegan a decir hace unos años que iba ser así... no me lo creo. Aunque las cosas me han ido demasiado bien, pero soñé demasiado alto. De niño parece todo más sencillo.
Besos!!
Ana Gracia
http://caja-de-pandora.blogspot.com/
Publicar un comentario