viernes, junio 16, 2006

Un poema no empezado

Sólo lo he visto derrumbarse un par de veces en toda mi vida. La primera vez, cuando uno de mis hermanos decidió irse de casa teniendo 16 o 17 años, para vivir con su enamorada. La segunda vez, cuando le robaron la totalidad de su sueldo de ex policía.
En ambas oportunidades se tumbó boca abajo en la cama, la cabeza sobre los brazos, y no se levantó en todo el día.
En ambas oportunidades todo en la casa se puso gris y callado.
Nunca he conversado con él sobre esos temas, fundamentalmente porque casi nunca sostenemos conversaciones largas. Cuando yo era pequeño me cohibía su sola presencia, ahora que paso los treinta soy igual de lacónico que él, y casi no tenemos mucho que decirnos.
Serio y tan poco propenso a las muestras de afecto, papá intentó evitar que me fuera de casa también yo. Recién estaba por cumplir 19 años y ya casi había obtenido mi traslado a una universidad de Lima. Él se apareció un día por allí y nos fuimos a comer. Casi no hablábamos, y cuando lo hacíamos era solo para preguntar sobre cómo andaban los demás.
Justo antes de despedirse me dijo, ya eres mayor de edad y no voy a cuestionar tu decisión, sin embargo piensa que aquí no tendrás las comodidades que mal que bien tienes en casa, aquí no estará tu mamá para atenderte cada vez que lo necesites, ni estarán tus hermanos o yo para apoyarte en lo que se pueda.
Estaba yo ciego y sordo, porque la juventud a veces es como una mano que te tapa los ojos y los oídos para todo lo que es distinto a lo que quieres que sea.
Papá tenía razón, porque para que todo vaya bien siempre faltó que ellos estuvieran, tan solo estuvieran, no mas que eso, aquí conmigo.

6 comentarios:

Blog de alma dijo...

Pues igual te haces un regalo a ti mismo si compartes esos sentieminetos con él. atreverse a expresarse es toda una aventura.
Un beso, gracias por tu bonito relato.

Blog de alma dijo...

sentimmmmjnaha, jajajja...quise decir sentimientos.
Ahora sí...otro beso

Anónimo dijo...

Hola HUGO : que lindo, no importa lo que suframos viendo crecer a nuestros hijos, lo lindo es que cuando crezcan te digan: Te quiero, cuanta razón tenías... y en ese momento sentir que te llegó el momento de que te abracen y te protejan a vos. Es bello, yo ya lo estoy viviendo. Besos y te extraño

halfing dijo...

se suele no sentir, pues nuestra unificacion nos hace fuertes, el miedo se escoderà pero aparecerà...hoy, mañana, siempre

es natural, eres tu, no los demàs,

:)

Anónimo dijo...

best regards, nice info »

Anónimo dijo...

Very nice site! »