lunes, junio 04, 2007

Rosas, el ninja.

Era gordito, bajito, de cabellos ondulados, y con una muy femenina hendidura en el mentón. De hecho tenía cara de señora en resignación constante. No era muy amiguero, y como a todos los que no solemos destacar por algo en el Colegio, lo conocíamos únicamente por su apellido paterno: Rosas.

Por esas cosas de la vida coincidíamos en una afición, los cómics. Me lo encontré varias veces en un kioskito por el colegio, bien caleta, en el que alquilaban todo tipo de revistas, la mayoría comics y pornos; y desde entonces empezamos a conversar bastante, aunque no diré que llegamos a ser amigos.

Rosas, sin cambiar su cara de señora resignada, me contaba increíbles e interminables historias de superhéroes (su favorito se llamaba Maxisol, un tipo bastante parecido a Iron Man) y de naves espaciales, con tal nivel de detalle que hasta me parecía que él las había creado.

Dije que no me parece que hayamos sido amigos de verdad, porque nuestras conversaciones nunca pasaban de esos temas, aún cuando nos tomábamos horas y horas para conversarlos.

Un domingo en la mañana, sin embargo, Rosas tocó mi puerta y me pidió que le acompañe a visitar a un amigo, que trabajaba de vigilante en una fábrica. Accedí aunque un poco extrañado por la visita, por el día, por la hora, y por la enorme mochila que traía a sus espaldas, que pese a ello no parecía muy pesada que digamos.

La fábrica, enorme, al parecer abandonada y oscura, quedaba, cosa increíble, como a seis cuadras de mi casa. Nunca me llamó la atención porque por fuera parecía únicamente un almacén sin ningún letrero que indique o haga presumir su actividad.

Entramos. Aparte de su amigo no había adentro nadie más que nosotros.

Su amigo era alto, flaco, de cabellos lacios y nariz aguileña. Tenía una expresión un poco tonta, y le hablaba a Rosas al oido. Caminé un rato dejándolos solos, subiendo y bajando por todas las estructuras metálicas, las habitaciones metálicas, y las escaleras metálicas del lugar. Volví, Rosas me pidió que les tome una fotos a su amigo y a él, pero que primero los deje vestirse adecuadamente para ello. Accedí de nuevo.

Entraron en una de las habitaciones llevando la mochila que Rosas había traído, cerraron la puerta. Mientras tanto, yo miraba detenidamente una de las estructuras que parecía un enorme silo, aunque no recuerdo haber visto nunca un silo de verdad.

Salieron. Estaban vestidos totalmente de negro, con únicamente los ojos descubiertos. “Vaya”, dije, “así que Ninjas tenemos”, riendo un poco. Caminaron raro hacia mí, y entonces noté que cada uno tenía una daga alargada entre sus manos, e inmediatamente recordé que no me habían dado ninguna cámara fotográfica con qué fotografiarlos. “Que tipos para raros, pensé”.

Rosas, puso su espada (era, definitivamente, una espada) ante él y me dijo “no te asustes, no va a dolerte”, y no habría cambiado aún mi sensación de estar ante un par de chiflados, sino fuera por la risita extraña del Ninja flaco.

Rosas saltó hacia mí, y no tuve más remedio que arrancarle el corazón, con el que asfixié a su amigo, antes que él pudiera intentar golpearme con su espada por segunda vez.

Desde dentro de la fábrica no se oía el ruido de la calle.

8 comentarios:

Briseida dijo...

mmm qué inquietante relato...
:)

alida dijo...

Relato de enseñanza, sobre los amigos extraños
Un abrazo

Irredento Urbanita dijo...

Hola Hugo:

Gracias por pasar por mi blog y tu comentario. No escibo todo lo ke debería en el photoblog para no aburrir a la gente. Cuando puse ke la historia la escribieron los ganadores me refería a la burguesía comodín ke se prestó a sus intereses siempre, esa clase ke le encargó a imberbes como ponz musso a escribir la historia del Perú. No creo ke sea útil inventarnos héroes, porke engañarnos? con ke afán? estoy seguro ke hubo héroes, muchos de ellos autóctonos pero la indiada se merece no ser reconocida, no? lo digo con ironía por si acaso. La valentía es una virtud, en este caso la valentía es vencer la timidez, cualkier genuflexo no vence la cobardía. Y lo de nada es casualidad no es referente a Coelho o algún libro de autoayuda, me refiero a ke en política y en la historia las cosas son ordenadas de tal manera ke nada kede a mal resguardo, hay intereses a los cuales servir. no hay cabos sueltos, y si kedan algunos por algo será. kizás son inofensivos.

Un saludo desde este lado del charco.

Veo ke leíste a Naipaul, te recomiendo "La sombra de Naipaul" de Paul Theroux.

Fox in the Snow dijo...

"La sombra de Naipaul" es un libro escrito desde la herida, de hecho leí ese libro luego de leer una reseña del mismo efectuada por Vargas Llosa, y empecé a leer a Naipaul luego de las lecturas mencionadas. En apariencia Naipaul como persona deja bastante que desear, despectivo como el que más, pero los libros que voy leyendo de él ("Una casa para el señor Biswas", "El sanador místico", "India") me muestran que es un escritor de los verdaderamente grandes.
Theroux es un narrador eficiente nada más, con un muy buen libro a cuestas ("La costa del Mosquito").
Saludos Irredento, ya nos veremos de vez en vez en tu blog.

Anónimo dijo...

Los cuentos que de pequeños nos impresionaron, las historietas animadas que de adultos- con más razón- aún nos siguen impresionando..., los escritos que empezamos a leer con escepticismo y terminan superando lo mediano..., y con más razón aquellos que se convierten en nuestras "lecturas de culto"(!), la capacidad innata de expresarnos que a veces nos autonegamos..., hace comprensible sentirnos eufóricos solo de pensar en estar cerca a cientos de relatos unidos en solo espacio físico...
Disfrutemos al máximo al momento de elegir aquellas lecturas que llevaremos a casa y guardemos ese recuerdo para luego compartirlo...

Fox in the Snow dijo...

Almudena, la feria del libro es como una habitación llena de juguetes nuevos y ajenos, no sabes con cual quedarte ya que no puedes quedarte con todos ellos.
Ya estaremos hablando de libros en este blog que siempre parece como un cuaderno recién empezado.
Saludos y ke todo te vaya bien (perdón se me están pegando las "k" de irredento. Tendré que lavarme las manos con Kreso).

halfing dijo...

oh...vaya luego de encontrar un par personillas hablando tan sofisticadamente deberia decir que auquello va a empezar a inquietarme.
bueno aunque nos encontremos en el principio, nos quedaremos con los deseos finales.

Fox in the Snow dijo...

Halfing, posteando es inevitable encontrarte con "personillas" sofisticadas o inquietantes.
Saludos.