Son aproximadamente las seis de la tarde, está oscurenciendo. Estamos en el parque de por la casa, Romina y yo. Acabamos de llegar y, como suele hacer cada vez que vamos allí, ella se acerca corriendo a la imagen de la Virgen de Fátima que hay en una urna en el medio del parque.
Se persigna, mira a varios lados, corre hacia un matorral y coge una flor, regresa hacia la Virgen y coloca la flor a sus pies. En ese mismo instante se enciende la luz de la urna y la Virgen queda iluminada.
Romina regresa corriendo hacia mí, con una sonrisa enorme y con los ojos brillando. "Papá - me dice- he iluminado a la Vírgen". Yo, que observaba todo desde el comienzo, no dudo en lo más mínimo que sea así.
6 comentarios:
Que lindo relato. Me encantó!!
La felicidad iba para tu casa y con ella caminaban la paz y el amor.
Felicidades para este año que comienza, que sea la paz y la salud lo más importante en este año para todos . Te quiero mucho.
Hola Paloma, me acordé de algo que leí hace algún tiempo: "Lo mas importante es el dinero, por que la salud va y viene"
Beatum Diem Natalem
Gracias por el saludo de cumpleaños al alma caritativa y generosa que pasó por aquí, sin dejar su nombre.
De nada... Almudena
vaya, vaya, Almudena, quien si no tú para acordarte de este Juan Salvador Gaviota desplumado.
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