lunes, febrero 18, 2008

At the end of the road

Al final, cuando Dios, cansado hasta los tuétanos, no podía siquiera abrir los ojos, la noche, el día, el sol, la luna, las plantas, los animales, las cosas, las personas y todo aquello que llamamos vida, empezó a juntarse en una masa trasparente de energía.
El verbo, entonces, empezó a perder letras.

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