El señor Cangrejo decidió
que ya era hora de partir
a buscarse la vida.
El señor Cangrejo despertó
como cuando se despierta después
de un laaaargo y luengo sueño
y dijo:
Tengo toda una vida por delante
y de hecho que la viviré.
Se dio valor a sí mismo
y traspuso la puerta de su casa
hacia la calle...
El señor Cangrejo
salió en busca del destino
que lo esperaba en toda esa vida
que tenía por delante
sin embargo al caminar a su encuentro
sólo se alejó más de él.
19.09.2002.
11 comentarios:
Ana: según como yo lo puse, no es tan bonita la historia del Cangrejo... jeje, gracias.
Dudadesnuda: no se puede probar los destinos, pues no tenemos forma de saber cuál es exactamente nuestro destino.
Viéndolo bien, y ya que lo mencionas, aún el alejarse del destino vendría a ser parte de él..Dios: qué determinista resulta esto.
Respecto a lo de ir a la página de Patomusa, con mucho gusto seguiré tu consejo.
El problema, SaMy, es que no hay forma de saberlo con certeza.
qué tierno... ¿no tendrá por un casual a aquello de la Inmortalidad del Cangrejo de Miguel de Unamuno?... me lo has recordado bastante.
La verdad, Golfo, no he leído La Inmortalidad del Cangrejo, pero ya que lo mencionas lo buscaré.
Sin perjuicio de ello, te diré que eso de Inmortalidad del Cangrejo me suena a Inmortalidad del Zancudo, que es un tema filosófico que se le achaca comúnmente a quienes andan en las nubes.
Hola..
te leo luego de un tiempito y te digo algo mi querido Hugo. Soy de la idea, que tenemos un margen de libertad.. en realidad amplio, pero el destino resulta no ser uno sólo.. o cómo decirlo.. no es una línea recta o una línea con altos y bajos, son miles de líneas, como si estuvieras formando parte de un racimo. Hay cuatro caminos: A, B, C y D (o tal vez más) y cada uno de ellos se divide en otros 4 o quizá 6, o más y así sucesivamente. Igual todo forma parte de un conjunto. No te alejas sólo sigues un camino lleno de ramificaciones. No hay un giro en contra que sea pasible de amonestación. No es que el voltear a la derecha y luego sentir que fue un error te permita luego regresar por el camino, pues al voltear.. como un racimo infinito, encontrarás dos, cinco o miles de líneas por escoger. En cada paso una decisión, en cada decisión una parte de tu gran destino. Y qué hay entre líneas? uhmmm buena pregunta, quizá ahí es cuando en el juego sale GAME OVER si es que no te habías reservado en el camino algún comodín.. MaJosé.
Hola! te encontrè en un comment del blog de Ana.
Al igual que a Golfo, me recordò muchìsimo a la "inmortalidad del cangrejo" y tambièn a eso de que "vas como el cangrejo", o sea, alejandose, caminando de espalda y hacia atràs de donde uno debe ir.
Saludos.
Estimada MaJosé, has tocado un punto que es materia de discusión filosófica casi casi desde que existe civilización: el libre albedrío vs. el destino. Ambos supuestos son igualmente sustentables, pero al final terminamos en un círculo vicioso: al adoptar una decisión modificamos nuestro destino, o cualquiera sea la decisión que adoptemos, o el camino que escojamos, es el que teníamos destinado.
No pretendía con el post, sin embargo, embarcarme en esas disquisiciones: sino reflejar la duda interior, la inseguridad, y más que todo eso, la contradicción: tener la mirada fija en el objetivo y avanzar en sentido contrario.
Bienvenida estimada Reina de Corazones.
Ante tu comentario y el de Golfo, busqué el poema de Miguel de Unamuno y lo leí... en realidad no le encontré identidad temática. El poema que mencionas utiliza la figura de "la inmortalidad del cangrejo", así como en Perú se habría utilizado la frase "La inmortalidad del zancudo"; es decir lo importante, lo relevante (la imortalidad) en lo pequeño, en lo casi insignificante (el cangrejo/zancudo); para reflejarlo en nuestra condición: la muerte de lo insignificante que cuenta con el atributo de la inmortalidad, implkicaría la muerte de todo.
Mi intento de poema es de un alcance más personal y mezquino: intenta refljar la angustia de querer moverte hacia lo que estás mirando y deseando desde hace mucho(tu destino), y en realidad alejarte de él.
Querido Hugo, no es mi intención envolverte en temas filosóficos de ardua discusión para ser tratados en su blog, créeme que no. Pero considero que cada cosa existe porque tiene que existir, porque su utilidad puede ser material (para algo físico) o para una suerte de reflexión personal. Sobre el cangrejo se han escrito millones de cosas. Parece ser una gran inspiración de muchos, quizá amparados en la duda que los asalta cada cierto tiempo al no saber si caminan rumbo hacia su destino o simplemente se alejan del mismo. Duda que, no puedo negar me ha asaltado y me asalta más de una vez. Es inevitable.. quizá por nuestro instinto de sobrevivencia y autoconservación. No pretendo ser contraditoria a pesar de eso. Pero no considero, como tal vez sí consideren algunos, que libre albedrío y destino sean contradictorios. Desde mi punto de vista, ambas se complementan. Es más, se entremezclan. Durante un tiempo me asaltaba la duda si había optado por esta posición intermedia (que no se encuentra contagiada por la posición que suelen adoptar algunos juristas nuestros que supuestamente enriquecen nuestra jurisprudencia) por sentirla quizá menos dolorosa y más esperanzadora que si me inclino por justificar la vida en el libre albedrío o en el destino de manera excluyente. El libre albedrío puro podría llevarte a la eterna culpabilidad tarde o temprano. De otro lado, el destino puro: a sentirte una marioneta puesta al mundo para diversión de otro. (no.. esta última atenta contra mi tranquilidad emocional) Pero no. Ambas conviven sin excluirse una de otra. Y es que, al llegar a tierra, hay un objetivo que justifica tu existencia -destino- (quizá para una utilidad material, quizá porque servirás de reflexión a otro)y encontrarás miles de caminos para ello. En tí está (y ahí radica el libre albedrío) en si tomas finalmente un camino largo o corto, si haces más divertida la estancia o no, si ganas comodines o te arriesgas a un game over, o finalmente, si te llenas de experiencias o simplemente vives únicamente a costa de lo que alguien en tu cerebro introdujo alguna vez. MaJosé.
MaJosé. Primero lo primero: un gusto intercambiar ideas contigo, y espero que en el futuro vengan, si han de venir, más comentaristas como tú.
Segundo: el destino, el libre albedrío, y la idea consoladora que estamos en la tierra (en esta vida, si lo quieres así) con un propósito determinado, son sólo ideas, ninguna de las cuales son comprobables, por lo que todas las opiniones al respecto, y todas las posturas interpretativas que pretendan justificarlas, son correctas, pues no dejan de ser actos de fe.
Grafico la idea con una expresión que, seguramente ya conoces bien: en el Derecho todos tienen la razón.
Querido Hugo, el gusto es mío y estoy segura que siempre encontrarás personas dispuestas a intercambiar contigo más de una conversación u opinión. Y sí, se suele decir que en el Derecho todos tienen la razón (frase trillada y común como el decir, toda posición es admisible mientras sea sustentable). Pero en el Derecho no todos (o quizá ninguno) lleva la verdad. Ahí se da la separación entre razón y verdad. Vaya contradicción para un futuro "justo" y "esperanzador". Por eso el propietario de un bien tiene que pasar años luchando por la restitución de su propio bien inmueble por ejemplo, bien que un arrendatario se niega a entregar y a aceptar que sus días en aquél lugar llegaron al final.. Y como imagino debes saber.. podemos encontrar situaciones más graves, al preparar un dictamen, un proyecto y luego dejarlo teñirse de la suerte manipulada por un cargo ajeno a nuestra voluntad. Y finalmente me asalta la pregunta: En qué momento visualizaré la nueva línea a mi encuentro? Porque a veces las cosas se ven dificiles y ni el libre albedrio ni la suerte del destino te permiten escapar de los días nublados. MaJosé.
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